–Who knows? Mientras tanto, han domesticado al tigre a base de corrupción. ¿Sabes que dejé de manejar? Todos los días tenía que dar una mordida institucional a un policía institucional que está en combinación con los rateros institucionales que periódicamente me roban el apartamento. Lo único que no es institucional es mi vida, y por eso estoy a la merced de los mexicanos, que han sacrificado sus vidas privadas a la institución. It stinks, man. Es un clan de amorosos parientes que se roban los unos a los otros. El ratero roba al ciudadano y le entrega parte del botín al policía y el policía roba al ciudadano y le entrega parte del botín al jefe y el jefe roba y comparte el botín con el presidente municipal, y el presidente municipal con el comisario ejidal y éste con el delegado del PRI y éste con el gobernador y el gobernador con el ministro y el ministro con el Presidente. ¿Sabes? En México uno acaba dándose la mordida a uno mismo. El delirio.
–La pura pirámide, dragona. ¿No admiras la estética de la construcción? En México todo se hace en forma de pirámide: la política, la economía, el amor, la cultura... Hay que aplastar al de abajo para ser macho y rendirle al de arriba para que nos resuelva los problemas. ¿Qué sería de México sin un padre supremo, abstracto, disfrazado en nombre de todos, para que los demás no tengamos que mostrar nuestra cara verdadera?
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